A esa niña tan dócil que llevas escondida
dedico esta poesía,
por esa preciosa princesa que llevas dentro
canto al viento,
por ti, sólo por ti
escribo estos versos
que me escapan de la mano sin decir
que nunca te he dado un beso.
Realmente, no te lo he dado
y en mi infierno diario me quedo alelado
sabiendo que en mi seso
me corroe el pensamiento
de tenerte a mi lado,
algún día
recitándote al oído esta poesía.
Con la Luna como centinela
bailaremos a ritmo lento
descifrando el lenguaje de los cuerpos
empapándonos de arena.
Las olas del mar cantarán una balada
y el aire acompañará su canto a coro
haciendo del momento una noche sagrada
destilando nuestros poros,
acechando nuestra danza
censurada por los dioses traicioneros
que me harán caer de cabeza en el infierno.
No me asusta la idea de morir quemado
si por tenerte una noche aquí
debo ser castigado,
si mi condena es esa, que se cumpla así,
que me castiguen de por vida
a vagar entre las almas perdidas,
que me arranquen las piernas
y volaré hasta ti, desertando,
que me alejen de ti, pequeña,
haré cuanto sea necesario
por volver a tu lado.
Bunbu