miércoles, 18 de septiembre de 2013

No aprendí...

No aprendí
comportamientos extraños,
ni conozco a los demás
por esa imposición gregaria
de dibujar sonrisas sobre el hastío
poniendo buena cara a las tormentas.
No sé poner veto a las palabras
entre la lengua y los dientes,
ni amansar volcanes.
No sé infectarme de otros nombres,
no sé llorar cadáveres extraños
ni inventarme el cariño
cuando falta el talento de ganárselo.
No sé cómo esperaban que fuese
cuando no esperaban que así fuera.

Sólo sé ser yo mismo.
Jose A. Barros

martes, 17 de septiembre de 2013

Podrás quitarme las entrañas...

Podrás quitarme las entrañas
como un sádico chamán,
los ojos, como el hambre empuja al buitre,
podrás quitarme la lengua
y evitarme las palabras,
pero nunca podrás quitarme
estas ganas de escribir.

Porque esta enfermedad,
enraizada en las fibras musculares,
no entiende de bisturíes
y tiene el olfato 
de un sabueso buscando al dueño.
Tiene rapaces garras,
hambrientos dientes
y venenosa saliva. 
Es un depredador de llantos fáciles,
un carroñero
de sonrisas débiles.

Jose A. Barros