jueves, 24 de diciembre de 2009

¡Qué honor para la parca verme muerto...

¡Qué honor para la parca verme muerto,
con este corazón que pertenece
al guiño de tus ojos, y merece
latir la eternidad, siempre despierto!.

¡Qué honor! si su guadaña en pecho abierto
pudiese contemplar cómo decrece
el tímido vibrar que al cuerpo mece.
Será morir así el mayor acierto.

¡Qué honor ser sólo tuyo, petenera!,
y de tu bello nombre ser poseso.
¡Qué honor para la muerte y sus infames

cuidar siga latiendo siempre ileso!,
¡Qué honor poder tenerte prisionera
rezando porque un día lo reclames!

Bunbu