posado en los vacíos que no alcanzan
las huellas de mis pies descalzos.
Se ha dormido colgada en las cornisas
mi vieja soledad.
Los burlones demonios
empujan las manillas, y las puertas
se abren de par en par, después se cierran
y se vuelven a abrir para, otra vez,
cerrarse una vez más.
Los pasillos, paredes y escaleras
son un sutil zig zag.
El viento en las ventanas me sonríe,
me dice: "Ven te espero fuera"
Si yo no la maté
¿Por qué será?
Bunbu