jueves, 14 de octubre de 2010

A las lejanas túnicas
que se acercan vacías
arrastrando una cruz.

A las caídas tapias
y desconchados muros
entre sombras y luz.

A las campanas viejas,
tañedoras de muerte
con altivo rumor.

A los místicos cantos,
a las flores marchitas,
al falso redentor.

A la senda de cirios
encendidos y yermos.
A todos por igual,
los maldigo, y enfermos
mis versos les escribo.

Bunbu

2 comentarios:

Ío dijo...

¿Con la Iglesia-clero hemos topado?
No sé si puedo encontrar otra cosa, lo veo demasiado claro como para ser verdad.
Yo ni eso, no merece la pena gastar ni una gota de tinta o de saliva.

Me alegra volver a reencontrar tus versos, Bunbu.

El poema anterior no te lo he comentado, creo recordar que lo hice antes, en algún otro pasado seguramente (vagancia jejejej).
Lo leí, eso si, me sigue gustando, como entonces.
Un beso, Jose Antonio

Ío

Jose Antonio Barros dijo...

:)
Veo que te has topado con la primera lectura de frente Ío, ciertamente puede no merecer la pena farfullando sobre qué temas, pero siempre desde la perspectiva personal de cada uno.
La realidad, más allá de una visión somera, es que no "sólo" es rebeldía para con la religión u otras formas de pensar, a veces, no siempre, las campanas no suenan con el badajo o las túnicas son sotanas, pero eso... es cosa de un servidor :)
Me alegro verte por aquí, vaya que sí.
Obviando todo esto, diré que sí, con la iglesia hemos topado ;)
GRacias
Bunbu