Conocedme por mis manos,
por estas manos llenas de temores
y de inseguridad,
amazonas de tacto cuando hube de cabalgar su piel.
Reconoced en ellas el bálsamo de mi dolor.
Recordad
que con ellas me cubro las heridas,
me tapo los oídos y la boca
convirtiéndolas en correctoras
de un carácter indomable.
Impulsivas por naturaleza,
se agitan y desvelan a éste que soy.
Han crecido conmigo
y me compañarán hasta la misma muerte
¿o quizás darán la muerte
o la eviten?.
Conocedme por mis manos cuando me apoye en ellas.
Cuando me sostenga en pie, gracias a ellas,
conocedme por mis manos.
Porque fueron las únicas artesanas
que dieron y darán forma
a todos mis poemas.
Jose A. Barros
DÍAS DE ESPARTO
Hace 2 semanas