Mi poesía
es el recuerdo de la luz del Sol,
el olor del asfalto,
el llanto de los recién nacidos
y, a veces, tus ojos tras el cristal,
porque siempre llueve fuera.
Mi poesía brama como el mar,
cuando la marejada
se adivina en las nubes grises.
Suena a la marabunta mercantil
de las mañanas de mercado,
a tormenta lejana y al aullido del lobo
en las últimas noches de febrero.
Mi poesía
me acerca los rincones vacíos
y me propone llenarlos
de miradas cómplices,
me trae cientos de sombras vigías.
Se despide al amanecer
volando despeinada a través de la ventana
con las manos en alto
como inocentes versos.
Mi poesía
disfruta del tercer grado,
cada noche vuelve al origen
y ya no hace planes de fuga.
Jose A. Barros
La casa del rio susurrante 3 FINAL
Hace 23 horas