Ella es como el eje de la Tierra,
como el centro de gravedad
de mis párvulas peonzas
soportando giros imposibles.
A su alrededor,
una madeja de caos
se rebela bajo estricto protocolo:
Hablar, gritar, llorar
y al fin resignarse
a seguir perteneciendo a los demás
Como si todo fuese ajeno,
ella guarda silencio
y soporta,
con tierna pasividad,
el hambre de cataclismo
que se adivina en mis ojos.
Pertenece a la calma del mutismo,
al vacío,
a las luces serenas de la Alhambra
y al vigor de los poetas
que no tienen más hogar
que su nombre resonando en la alpujarra,
camino de levantar
tempestades en el agua.
Bunbu
DÍAS DE ESPARTO
Hace 2 semanas