sábado, 21 de julio de 2012

He cortado a Pegaso las dos alas...

He cortado a Pegaso las dos alas
y ha muerto desangrado tras los gritos
agónicos de ver como las balas
derramaban la sangre de los mitos
pintados en los muros de las salas.
Lo llevan a enterrar en el parnaso,
porque Belerofonte guía el paso
que lleva su ataúd hasta la tumba
con la ofrenda sagrada de su zumba.
Las musas llorarán, porque Pegaso
no hará fuentes brotar, y los escritos
hablarán sin remedio de malcaso,
de la mano de escribas y eruditos.

Bunbu

martes, 10 de julio de 2012

Más allá...

Más allá
hay un mundo sideral, desconocido.
Un paisaje de praderas incoloras
y mares infinitos
donde las bestias campan a sus anchas.
Es un paisaje apenas monocromo,
un vacío emocional y contundente
de aplastante silencio y soliloquios imposibles.
Ansioso, el miedo evoluciona en su horizonte
y acerca sus mandíbulas al cielo.

Es posible alcanzar las verdes nubes esmeralda
y las lejanas cumbres espirales
cuando, ingrávido,
el ojo aventurero se adentra
más allá.

Bunbu

jueves, 5 de julio de 2012

Podría contaros como el niño que llevo dentro...

Podría contaros como el niño que llevo dentro
a veces, quiere llorar,
pero no he venido a eso.
Sería posible enumerar las tantas veces
que busqué un abrazo materno,
pero tampoco he venido a eso.

He venido a contaros una historia
de un ser totalmente extraño,
un otro, un casi hermano
que no coincidió conmigo
más que cuando nos conocimos.

Es un tipo solitario y reflexivo,
un borracho de belleza.
Descuidado y lacónico, podría ser un cadáver
y nadie se daría cuenta de que aún respira.
Habla como quien otorga, guardando silencio.

Le conocí porque se llama como yo,
y porque tiene mi mismo color de ojos.
Pero sobre todo, porque me miró fijamente
como un niño que quiere llorar
cuando busca un abrazo materno.

No volví a saber de él
por eso les cuento esto;
porque le sigo buscando allá donde voy
desde que se fugó de mis espejos.

Bunbu