Póngame un Vodka con poemas de limón
que traigo sed de versos
y pienso llegar a casa borracho de sentimientos.
Con tres hielos
para enfriar las pasiones
y digerirlas mejor,
porque no he cenado abrazos
y un atracón repentino
me hará vomitar afecto a borbotones
apoyado en alguna barandilla.
Sírvamelo en vaso ancho,
que quiero, de un solo vistazo
comprobar que los otoños saben nadar
bajo la flotabilidad de sus hojas caídas
y que los inviernos se ahogan bajo el hielo,
porque primaveras y veranos
los esperan en el fondo.
Quiero empapar la camisa de protestas,
cuando un trago de rabia
ya no me entre en la boca
y moje la comisura de mis labios
con blasfemias varias.
Póngalo allá en la punta de la barra,
porque voy a beberme las soledades
hasta tambalear,
único y vertical
haciendo equilibrios solitarios
encima del taburete.
Póngame un Vodka con poemas de limón
que necesito un trago amargo
después de haber leído, de camino,
veinte poemas de amor.
Bunbu